Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100344
Legislatura: 1893
Sesión: 31 de Mayo de 1894
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 135, 2584-2585
Tema: Relaciones comerciales entre las islas de Cuba y Puerto Rico y los Reinos de Suecia y Noruega

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Romero Girón): La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): ¡Señor! ¿Por qué he de estar yo enterado de lo que hizo S. S. en Agosto del año último? Pero en cosas de gobierno, ¿ha contado S. S. conmigo para algo? (El Sr. Duque de Tetuán: Pido la palabra.) Y sobre todo, ¿cómo he de estar yo más enterado de lo que a S. S. le pasa que lo estaban sus propios compañeros que ayer se hallaban presentes, y tampoco ninguno dijo nada; es decir, que por lo menos lo tenían tan olvidado como yo, y sabían de esto tanto como yo? (Risas) Lo cual es más grave, porque que yo no sepa lo que le pasa a S. S., no tiene nada de particular; pero sí lo tiene que lo ignoren sus amigos. (Risas) No paso, pues, por eso.

Por lo demás, vamos a discutir, y para demostrar que S. S. tiene razón, y como ha dicho antes, que lo va hacer comprender al país, que venga pronto ese debate. (El Sr. Duque de Tetuán: Estoy esperando a que me señale día el Sr. Ministro de Estado.- El Sr. Presidente agita la campanilla.) ¡Pero si son los amigos de S. S. los que estorban ese debate; si estamos deseándolo, y sin embargo, ahora se halla ocupado dicho Sr. Ministro en el Congreso con los amigos de S. S.! (El Sr. Duque de Tetuán: Tampoco se ha enterado de eso S. S.-El Sr. Presidente agita la campanilla.) ¡Pues no me he de enterar! Pues qué, ¿no es S. S. amigo muy cariñoso y correligionario muy unido al Sr. Romero Robledo? Pues ahora ese Sr. Diputado está discutiendo en el Congreso con el Sr. Ministro de Estado. (El Sr. Duque de Tetuán: Por eso no me canso de esperar pacientemente. El Sr. Presidente agita la campanilla.) Pues por eso digo que la culpa es de los correligionarios de S. S., que tienen detenido a dicho Sr. Ministro en la otra Cámara. (El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: ¿Pero no hay más Ministros que ése? ?El señor Ministro de Gracia y Justicia: Para las cuestiones de Estado no hay más.-El Sr. Presidente vuelve a agitar la campanilla.) Tampoco tengo inconveniente si S. S. quiere discutir conmigo, porque a ello estoy dispuesto; pero como son cosas especiales del Ministerio de Estado, parece lo natural que S. S. [2584] tenga más gusto en discutir con él que conmigo; pero repito que desde ahora, si S. S. quiere, estoy dispuesto a hacerlo. (El Sr. Duque de Tetuán: Tengo a mucha honra el discutir con cualquiera de los individuos del Gobierno.) ¿Por qué no influye S. S. para que venga pronto la discusión de los tratados? Entraremos en esa discusión y entonces se verá lo que hay en el asunto. (El Sr. Duque de Tetuán: Tengo a mucha honra el discutir con cualquiera de los individuos del Gobierno.) ¿Por qué no influye S. S. para que venga pronto la discusión de los tratados? Entraremos en esa discusión y entonces se verá lo que hay en el asunto. (El Sr. Duque de Tetuán: Para que S. S. lo estudie detenidamente, para que se entere bien.) ¿Eso es una broma? (El Sr. Vizconde de Campo-Grande: Es claro: Sus señorías no necesitan estudiarlos.-El Sr. Presidente agita la campanilla.) ¡Para estudiarlo detenidamente! ¿Lo dice S. S. eso en serio? (El Sr. Duque de Tetuán: Como no se ha enterado S.S. no tiene nada de particular.) ¡No me he de enterar! Me he enterado de que se han empleado treinta y seis días en una información verbal; me he enterado de que después de terminada la información, han pasado quince días y todavía no se ha reunido la Comisión; ya ve S. S. si me he enterado. (El Sr. Marqués de Mochales: Todavía no se ha enterado S. S., porque aún no está impresa esa información.)



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